“Si tiene güira y tambora es merengue”, insiste Rubby, quien sí está de acuerdo en compartir su título de merengue con estos muchachos que bien se le cuestiona su formación musical, pero con sus “locuras” lograron frenar la pegada del reguetón en República Dominicana y salieron al frente haciendo que los jóvenes escucharan su música por encima de otros ritmos. Aun cuando ha salido una infinidad de merengueros de calle y esta música ha trascendido logrando llegar a escenarios importantes, todavía le falta muchos escalones por subir.
Sus intérpretes deberán demostrar que no es una música pasajera y que su propuesta puede convivir con las de otros merengueros tradicionales que han permanecido por más de 15 años en la escena musical dominicana.
Ellos deberán llegar a las grandes premiaciones internacionales. Una mejor estructura y definición musical puede ayudar a que el “merengue de calle” (o el nombre que cobije esta música) pueda quedarse en la escena musical.
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